Estos, a cambio de su libertad, le exigen que firme una declaración afirmando que su nombramiento se debe a un complot del Vaticano con connotaciones políticas, a lo que él se niega reiteradamente a pesar de las presiones físicas y psicológicas que recibe. Van Thuan a lo largo de trece años recorre diversas cárceles donde es tratado con desprecio pero su confianza en Dios y en la Virgen son el apoyo para afrontar todo tipo de vejaciones con entereza de ánimo. Solicita que le envíen “su medicina” -pan y vino- y a partir de ese momento puede consagrar, comulgar e impartir la comunión a quien lo desea. La convicción de sus palabras, su sonrisa ante las penalidades y su conducta logran convertir a presos y carceleros de forma que llegan a encerrarlo en una celda aislada para que no atraiga a nadie más. Su fama fue creciendo aun entre rejas y finalmente, en 1989, consigue ser liberado aunque es confinado a vivir bajo arresto domiciliario.
Teresa Gutiérrez de Cabiedes se ha documentado exhaustivamente para recrear la heroica experiencia del protagonista y describe con realismo el ambiente carcelario, la inhumanidad de sus verdugos y plasma la personalidad de un hombre valiente, de profunda fe y con una actitud de servicio constante a los demás a pesar de su sufrimiento de forma que su ejemplo es un imán que atrapa a los que le rodean y les ayuda a acercarse a Dios. La obra ofrece un lenguaje vivo que da lugar a secuencias de gran expresividad y belleza así como a interesantes diálogos acerca de lo que supone la libertad interior. El excelente ritmo narrativo y el recurso a numerosas anécdotas contribuyen a que su lectura resulte amena y esperanzadora.
